Llevaba muchos días con dolor de cabeza. No podía pensar con claridad. Quizás era por eso, quizás. Ni siquiera podía hilvanar un par de frases. Todo resultaba sincopado e incierto. Parar el pensamiento, detenerlo, detenerse al borde del camino. No. Al final, poner punto y final.
¡Jmmmm! Y ahora ¿para qué necesitaba todas aquellas imágenes que desfilaban veloces?
- Sí, lo sé, he sido una persona con suerte.
- Claro, sí, nací entre sonrisas y sábanas bordadas.
- ¡Cómo no voy a recordarlo! Jugué, todo el tiempo de mi infancia, patito feo en jardines florecidos.
- Y ¿qué me dices del después? ¿Hubo algo sin esfuerzo? ¿Por qué tanto dolor para conseguir anhelos?
- ¡Por supuesto! La vida es lucha. ¡Tópicos y más tópicos!
- Si todo es fácil no se valora... ¡mentira!
- Y ¿ahora?
- Más dureza, todo áspero, rugoso. Ni soles, ni tonterías por el estilo. No hay nada que merezca tanto esfuerzo.
- Lo repito: el cansancio, el hartazgo me puede. ¡Ya no más angustia! Nada tiene sentido, la lógica es una sucesión de sinsentidos.
Ya se acabó, no hay pastillas suficientes o no existe el valor de tragarlas.
Pero... sí, me atrae, me seduce este golpe de volante. No hay nadie más en el coche. Sólo yo.
- ¿Llorarán? ¡Y a mi qué! Ya lo he hecho yo sobradamente, pues que lloren otros por mí. Tampoco creo que dure mucho tiempo. Total, la vida sigue. ¿No es eso lo que se dice?. Pues ya está.
Me acerco, me arrimo, no hay valla protectora.
Allá abajo, muy abajo espera el descanso.
Sólo tengo que dar un golpe de volante y caeré.
No tengo miedo.
Quiero terminar. ¡No puedo más!
Volantazo y fuera. Se acabó.
Esta vez lo prometo, me lo prometo.
Esta tarde pondré punto y final. ¡Adios amigos, amigas! Los leeré desde una estrella sin luz.
©Ana I. Hernández Guimerá
Desde cualquier lugar a 18.02.00
Conduce con cuidado, se prudente;
ResponderEliminarno es bueno el retar a la prudencia,
camina con mil ojos y paciencia
que solo en esta vida esta el presente.
Tus ojos no retires del espacio
que corre por delante de tu vida;
se llega hasta el destino que no olvida
que el Rey duerme tranquilo en su palacio.
Si tienes la prudencia necesaria
veras que te reciben amorosos,
tus deudos con abrazos muy hermosos.
Te veo con dichosa compañia
gozando de placeres armoniosos,
en viajes deliciosos de tranvia.
Emilio.
29Julio 2010
¿Y si fracasa el intento, no quieren llevarte, y en lugar de en coche tienes que seguir en silla de ruedas???????????????????....Y además vas y jodes el cochito nuevo, jajjaja...
ResponderEliminarDéjate de pensar coñadas mi hermana y ¡¡VIVE!!, que estamos aquí, cerca de tí y somos muuuuuchos los que te queremos y te necesitamos. ¡NO LO OLVIDES JAMÁS!
Si quieres borra esto de aquí, PERO GRÁBALO EN TU TOTIZO CON FUERZA, ¿vale?
La vida es dura, lo sé, ¡pero nosotros seremos más duros!, somos unos privilegiados, por donde quiera que lo mires.
TE QUIERO
Manchego, aquí todavía no hay tranvía, pero sí están intentando ponerlo.
ResponderEliminarBesos y cariños
¡A Vivir toca!
ResponderEliminarBesos vividos