Al salir de Ámbito cultural bajo por las escaleras mecánicas, en ellas
observo que alguien me mira, hago yo lo mismo y…
Soy yo misma pero con treinta años, vestida como cuando me caí del
buque al naufragar. Perdí la memoria. Subo corriendo por la escalera
que va ella, me cojo del brazo, y le digo:
- Rosa, tú eres Rosa Arias ¿no ves que eres yo?
La mujer me mira perpleja: No sé... hace mucho que no sé quién
soy… estoy presa del tiempo...
- Te has perdido, al fin te encontré.
Le conté sus últimos 30 años. Ella los veintiséis míos.
Mi vida estaba al fin fusionada. Nos abrazamos, lloramos.
Ahora cuido de sus recuerdos, ella vela por mi futuro.
© Ana I. Hernández Guimerá
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