Así estoy,
atrapada en la noche, envuelta en su silencio mientras siento unos dedos invisibles deslizándose quedos por mi cuerpo dormido. Siento caer en mí el peso de la espesura negra que me cubre y que a la vez se abre cual las aguas ante el dios del deseo encarnado en tus manos pergeñando un sendero por el que deslizarse entre montes y valles.
Aquí estoy,
esperando tu vuelta, sin importar el tiempo o el espacio infinito que encierran unos ojos escabulléndose más allá de fronteras habitadas por el placer efímero / perpetuo que provoca la implícita promesa de piel enardecida pronta a entrar en combate, a ganarlo y perderlo enredada en tus piernas
Sí, estoy
emboscada en el letargo traicionero que acecha la puerta que tú abres, para ofrecerme a ti sin más vestido que las sombras que me hacen compañía mientras cubren la total desnudez que se te entrega altiva y orgullosa, esclava y reina. Tinieblas cómplices que te conducirán hacia el deleite extremo de un mapa conocido/forastero siempre por descubrir.
Estoy,
e imagino el momento preciso en que tu cuerpo se mimetice con el mío y la noche se rompa en mil pedazos y los restos del placer se esparzan por todos los rincones y allí agazapados guarden estruendoso silencio en espera de oscuridades nuevas que traigan la verdadera luz alumbrando la vida.
lunes, 27 de junio de 2011
ELUCUBRACIONES
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