domingo, 17 de febrero de 2013

CALIMA



                                           
Por la tierra injusta estaba la mujer de piel y ojos mansos y oscuros.
El sol era su dios y la lluvia una desconocida.
Una mujer libre que ignoraba la primavera y anhelaba la mar con su nombre hermoso y un deseo permanente.
Sus manos derramaban arena como quien sosiega el quicio de su alma.
Cuántas veces traspasaba esa casa que era su desierto y llevaba con vehemencia el viento traspasando el océano en ese aire que, perdido y sin remedio, se refugiaba en esos rincones de las islas, contemplando la mar y en las que permanecía unos días neblando por completo el todo que abrazaba.
Su nombre resonaba entre los isleños acostumbrados a ella: Calima.

© Ana I. Hernández Guimerá

·         La calina o calima, es un fenómeno meteorológico consistente en la presencia en la atmósfera de partículas muy pequeñas de polvo de arena en suspensión.


2 comentarios:

  1. Una calima muy poética, Ana.
    Es una entrada preciosa.

    Un beso enorme.

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  2. Gracias Malena, me alegra que te guste. Lo escribí con agrado.
    Cariños inmensos

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