Sintió
la mano, esa mano posada sobre la suya.
Mano
tierna, silente, dulce.
En
las laberínticas percepciones estimó su hermosura, recorriéndola, puro sonido, la acarició, despacio,
lúcidamente, entrando en su vida. Amor.
©
Ana I. Hernández Guimerá
Hermoso micro, Ana. Me alegro de que de nuevo sigas publicando.
ResponderEliminarUn abrazo enorme.
Gracias mi niña bonita.
ResponderEliminarYa sabes, Santiago es... Santiago, no hay otro como él.
Cariños lindos
Pocas cosas pueden sustituir al calor de una mano que se tiende o se posa con el amor entre los dedos.
ResponderEliminarMuy bello, Ana.
Besos
Las manos, Ana, las manos lo dicen todo.
ResponderEliminarHermoso micro que en tan pocas palabras dice tanto.
Un gusto leerlo.
Besos de colores
Gracias Narci por tu lindo comentario. Las manos dicen tanto...
ResponderEliminarAbrazos
Cuánto tiempo Mar... tengo el ordena escacharrado y no puedo entrar en el patio.
ResponderEliminarEstoy en un taller de escritura creativa y esto es el resultado de un ejercicio que nos mandó el profe.
Me alegra que te guste.
Cariños bonitos