Mary es pelirroja. De ojos verdes y melena al viento.
María Fernanda es tan fuerte como su nombre, en dominio absoluto de su cuerpo.
Tiene dos hijos gemelos: Omar y Ariadna, que se la comen a besos.
Omi es un niño especial, alto como su padre y cálido como su madre.
Ari tiene el salero de Mary, la sonrisa en sus ojos y en su pícara mirada.
Son el gran tesoro de ella.
Mary es mi amiga y como tal la quiero.
Mary es la dulzura de su corazón.
Su ternura y su empuje hacia la vida la deja en perpetua fortaleza admirable y cierta.
© ANA I. HERNÁNDEZ GUIMERÁ
FEBRERO DE 2010
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