domingo, 11 de marzo de 2012

11M ACTUALIDAD


EL FISCAL GENERAL REACTIVA LA INVESTIGACIÓN BAJO EL MANDATO DEL EXALCALDE

Gallardón se enreda en la ‘teoría de la conspiración’ en pleno aniversario del 11-M

Alberto Ruiz Gallardón se opuso durante años, como alcalde de Madrid, a las hipótesis que cuestionaban la verdad judicial sobre el 11-M. Sin embargo, en el octavo aniversario de la matanza, se ha convertido en el ministro de Justicia bajo cuyo mandato se ha reactivado la investigación en torno a los restos de uno de los trenes que estallaron en 2004. La iniciativa del nuevo fiscal general del Estado, Eduardo Torres Dulce, basándose únicamente enuna noticia publicada por Libertad Digital, deja a Gallardón en una delicada posición política: entre la reconciliación con quienes le vilipendiaron por ser “un obstáculo para averiguar el 11-M” y el carpetazo definitivo a las sospechas de 'conspiración'.
Torres Dulce, tertuliano de Esradio, cadena vinculada a Libertad Digital, agitó al mundo político y judicial con la orden de investigar la chatarra procedente de uno de los vagones explosionados, proyectando así sombras de duda sobre el proceder de jueces, fiscales y fuerzas de seguridad. El fiscal general reaccionaba de esta forma al artículo publicado en la web de Federico Jiménez Losantos, donde se detalla la existencia de restos de uno de los focos del atentado conservados en un taller del distrito madrileño de Villaverde. “Es posible que a lo mejor no exista ningún delito”, admitió, a la vez que precisaba que la obligación del Ministerio Fiscal es investigar “cualquier hecho y ponerlo en conocimiento de la autoridad judicial”.
Sin embargo, a diferencia de otras materias donde Gallardón está defendiendo sus tesis con firmeza, como la reforma de la ley del aborto o la llamada cadena perpetua revisable, el ministro ha adoptado un perfil bajo en el caso del 11-M. “No les digo que las compartan, pero no pueden someter a control parlamentario las decisiones del fiscal como si fuera órdenes del Gobierno, porque este Gobierno no da órdenes al fiscal”, esgrimió el pasado lunes en el Senado.
Esta distancia con la decisión de Torres Dulce se comprende bien al recordar las difamaciones por las que Gallardón denunció a Jiménez Losantos en 2008. “Tú, Gallardón, es que te da igual que haya 200 muertos, 1.500 heridos y un golpe brutal para echar a tu partido del Gobierno, te da igual con tal de llegar al poder”; o “tú eres un elemento ajeno al PP, tú eres un estorbo, tú eres una calamidad, tú no eres un alcalde, tú eres un obstáculo para averiguar el 11-M”, son algunas de las grabaciones que se escucharon en el juicio, que acabó con una condena para el conocido periodista.
¿Golpe de gracia a las sospechas?
Con estos antecedentes, hay quien ha relacionado el impulso a las informaciones que cuestionan la verdad judicial con un intento de reconciliación del ministro con los medios de comunicación y las asociaciones que propagan estas tesis. Según esta hipótesis, Gallardón se reencontraría con una parte de la derecha que le ha sido esquiva, añadiendo a esta estrategia declaraciones polémicas como la vinculación entre aborto y“violencia de género estructural contra la mujer embarazada”.
Sin embargo, fuentes jurídicas y fiscales consultadas sostienen que la maniobra de Torres Dulce pude significar el golpe de gracia para las demandas de quienes consideran que se ha tratado de ocultar lo ocurrido el 11-M. “La investigación puede ser beneficiosa, despejar cualquier sombra de dudas y propiciar que esto acabe cuanto antes”, señalaron estas fuentes, para quienes rechazar las indagaciones podría haber servido para “fomentar” la idea de una conspiración. Así, la diligencia de la Fiscalía, en lugar de abrir nuevas puertas a las sospechas, podría tener como objeto taponarlas definitivamente.
La reactivación de la investigación ha sorprendido también porque se produce después de que el Tribunal Supremo ya se haya pronunciado sobre el destino de los trenes, subrayando los “pormenorizados dictámenes periciales sobre los objetos encontrados en los restos de los vagones afectados por las explosiones”. Asimismo, la Audiencia Provincial de Madrid también archivó recientemente la instrucción de la jueza Coro Cillán, quien había imputado a Jesús Sánchez Manzano, exjefe de los Tedax por supuestas irregularidades en la recogida de pruebas tras los atentados.
Desposeído de su equipo de confianza
Pero la controversia en torno al 11-M no constituye el primer obstáculo con el que se enfrenta Gallardón desde que cambió el Palacio de Cibeles por el Ministerio. El exalcalde desembarcó sin su equipo de máxima confianza, ya que su fiel número dosManuel Cobo, no encajó como secretario de Estado de Justicia y acabó pidiendo un puesto directivo a Esperanza Aguirre. Tampoco su histórica jefa de prensa, Marisa González, le siguió en su aventura, por lo que solo Juan Bravo, exconcejal de Hacienda, le ha acompañado, en este caso, como subsecretario.
Por si fuera poco, la judicatura se ha rebelado contra el estilo del nuevo ministro. Tanto las asociaciones judiciales como el propio Poder Judicial se sienten marginados de las decisiones del Ejecutivo, y ya han comenzado a criticar su gestión. Como era previsible, Gallardón ha encontrado el modo de destacar en el Gobierno de Mariano Rajoy, aunque pocos esperaban que fuera en estas circunstancias.









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