"Desprendido de la vastedad oceánica, abandonado en la orilla, lamido por
las tardías y expirantes mareas cenagosas que aún me rezan al oído lo
inacabable pero que ya no me arrastran allá, a lo remoto, en donde todo es
luminoso estupor, vivo un poco más conscientemente -o quizá sólo un poco más lentamente- lo que fue fulgor instantáneo e inapresable en la extensión
radiante. Estoy en la arena, tirado. Tan solo, tan condenado al ensimismamiento, que a veces hasta hablo en primera persona para hacer como que existo"
"El país de las Maravillas está ahí al lado. Para instalarnos en él de una
vez para siempre basta convertir en naturaleza, en nuestra nueva naturaleza,
estados que hoy nos parecen fugitivos y desorbitados pero que están ya a
nuestro alcance. Hay que vivir normalmente lo que todavía brilla y fulmina
como sobresaltantemente extraordinario; hacer estable lo que sólo dura un
instante relampagueante; volver inofensivo lo que ahora nos trastorna"
GABRIEL CELAYA
1911 - 1929
Eso Ana, instalémonos en el país de las maravillas.
ResponderEliminarBesos
Y si no soñaremos que estamos allá.
ResponderEliminarEs un buen lugar para la fantasía.
Besos, Narci querida